





Foto cortesia: El Bellanita
Reseña histórica de la Casa de Bethania Por: Gustavo Soto
El señor Jorge Rodriguez, vendió desde finales de la década de los 50, lotes de tierra (medidos por varas cuadradas, y por los que cobraba 5 pesos por cada vara) de los contornos de la finca de Zamora, en un momento en el que el Área Metropolitana se convirtió en un importante receptor de familias provenientes del campo, lo que facilitó posteriormente el crecimiento de esta zona del municipio y le otorgó el carácter de zona popular, por lo precario de sus viviendas, comunicación y la carencia de servicios públicos, médicos y de otro tipo. La casa a pesar de ser propiedad privada se convirtió en centralidad de esta comunidad, en el momento en el que apenas empezaba a urbanizarse, además de ella es que hereda el barrio Zamora su nombre y es la que estructura gran parte de su vida comunal, por ser un importante centro de vida social hasta finales de los 90’s.
Mientras ocurre la parcelación de los contornos de la finca, hay un notable crecimiento demográfico de este recodo del municipio. La casa pasa a manos de la Arquidiócesis de Medellín (en 1972), cuando ya las religiosas de Bethania habitaban la casa y tenían ya establecidos ciertos programas de impacto y labores sociales -con centro en esta casa- de la que la Arquidiócesis también aprovechó para su labor evangelizadora, en un sector en crecimiento y donde no existían centros de culto. Desde ese año, la casa se fortaleció como eje de vida social de la comunidad de Zamora y Acevedo en particular, dado que las religiosas establecieron en la casa una de las primeras escuelas femeninas de la zona y esto fue complementado por los oficios religiosos que regularmente tenían lugar en las instalaciones de la casa. A la par del crecimiento de la comunidad, la casa también se proyectó a los intereses de esta, pues finalizando los 70’s y ante la carencia de un centro médico, la casa se convirtió de manera improvisada en ese espacio donde los miércoles un profesional de la salud hacía presencia para atender la masa que acudía a la casa en busca de atención. Este servicio no perjudico las actividades normales que en la casa se desarrollaban de cara a la comunidad y por el contrario fortaleció su carácter social.
Ante el crecimiento de la escuela de niñas, antes de 1982, las religiosas de Bethania abrieron en otro punto del barrio Zamora una sede alterna con dos salones (que ya no existen) para acoger más estudiantes, aunque siempre la casa fue el centro de las actividades comunales de amplia recordación por los habitantes de la zona. A finales de los 80’s, las religiosas son trasladadas y la casa permanece bajo la administración de la Arquidiócesis de Medellín, desde entonces en ella se desarrollan actividades de grupos sociales del barrio, aunque la escuela, el centro médico y los demás servicios desaparecen por completo de la casa y permanece durante los años álgidos de la violencia en Zamora (década de los 90’s), casi vacía y limitada a la vida social.
En el año 2004 ocurre un incendio de grandes proporciones en el barrio París, en donde un grupo significativo de familias se ve afectado, por lo tanto la administración municipal solicita ese espacio como albergue de parte de los damnificados (otra parte fue ubicada en la Unidad Deportiva Tulio Ospina) y en la estadía de estas personas en la casa, esta sufre serios daños, dado que las personas que la habitaron al momento de su salida se llevaron consigo elementos propios de la casa y dejaron la edificación en un estado lamentable. Antes de que esto sucediera, algunos grupos sociales, sobre todo ligados a actividades relacionadas con lo religioso tenían acceso a las instalaciones, aunque ya permanecía dormida en comparación con años anteriores en los que la casa fue el eje social del barrio; después de 2007, y por las condiciones que ya tenía la edificación, la casa fue tomada en arriendo por personas que dedicaron los espacios de esta al aprovechamiento y almacenamiento de reciclaje en grandes cantidades, que acabaron por derruir y borrar la imagen de la casa que fue en otros años.
En negociaciones antes de 2010, la casa fue entregada en comodato a la Alcaldía de Bello y el 28 de octubre de ese año, la casa fue demolida, pues ya se tenían previstas obras que en principio serían de restauración de la casa, pero que cambiaron y terminaron con su demolición. Las obras de la nueva Casa de Bethania, debían ser entregadas en el mes de Julio de 2011, pero por repetidos contratiempos se ha pospuesto por 4 años la fecha de su inauguración.
Es importante anotar, que la construcción de la casa actual, reúne elementos estructurales sobretodo en su fachada que evoca la desaparecida casa de Bethania, al “conservar” la rotonda (donde estarán expuestas obras de arte) donde en otros años se celebraba la misa antes de que existiera la parroquia del sector; además de los balcones espaciosos y el patio de ante sala, característicos de la casa y que permanecen en la memoria de quienes la conocieron, porque fue y se espera que siga siendo la columna vertebral de las actividades sociales de la comunidad vecina zamorana y de sus vecinos.
Durante su existencia, fue una propiedad privada y desde 1950 funcionó como central de teléfonos, escuela, centro odontológico y médico, centro de culto, lugar de reunión de grupos sociales, espacio de comunidad, albergue y hasta por el tanque de agua interno que tuvo, fue también un lugar de recreación.
Esta reseña está realizada con base en:
-documento historia del barrio Zamora
(http://zamora-historia.blogspot.com/2014/03/digitalizacion-de-documentos-historicos.html)
-ALCALDIA MUNICIPAL. (1993). Patrimonio cultural del municipio de Bello. Medellín. 3ra edición. Litomadrid.
- Relatos y testimonios verbales miembros del grupo de amigos reconstrucción de la memoria histórica del Barrio Zamora.
-Investigación personal: Gustavo Soto Grisales.

Casa Bethania fue una edificación construida cerca del año 1900, en ladrillo macizo, piso en madera el segundo nivel y techo en teja de barro y de la que solo se tiene registro hasta después del año 1950, cuando la entonces llamada finca Zamora perteneció a el señor Luis Rodríguez y en conjunto con otras tres fincas, conformaron lo que fue la génesis de la urbanización de gran parte de la actual comuna 11 del municipio de Bello.
El señor Jorge Rodriguez, vendió desde finales de la década de los 50, lotes de tierra (medidos por varas cuadradas, y por los que cobraba 5 pesos por cada vara) de los contornos de la finca de Zamora, en un momento en el que el Área Metropolitana se convirtió en un importante receptor de familias provenientes del campo, lo que facilitó posteriormente el crecimiento de esta zona del municipio y le otorgó el carácter de zona popular, por lo precario de sus viviendas, comunicación y la carencia de servicios públicos, médicos y de otro tipo. La casa a pesar de ser propiedad privada se convirtió en centralidad de esta comunidad, en el momento en el que apenas empezaba a urbanizarse, además de ella es que hereda el barrio Zamora su nombre y es la que estructura gran parte de su vida comunal, por ser un importante centro de vida social hasta finales de los 90’s.